miércoles, 13 de febrero de 2008

Adiós, Arturo


Arturo Tejerina ha fallecido esta tarde en el Hospital Gregorio Marañón, a la edad de 51 años. Este periodista de la vieja escuela había nacido el 26 de marzo de 1956 en Riaño (León) pero fue en Astorga donde transcurrió su adolescencia y juventud. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid ha desarrollado la mayor parte de su vida profesional en Telemadrid, tanto como contertulio de Terelu Campos como colaborador en programas como Un lugar Extraño o De Cine donde coincidí con él. Cadena en la que pasó toda su vida donde fue profesor en su escuela de formación y fundó un sindicato independiente (extinto poco después) También colaboró en otros medios como la Ser y en las madrugadas de Onda Cero. Actualmente era redactor en el programa de Marta Robles.

A este gran profesional lo recordaré como lo que era: un compañero entrañable, vividor, optimista y, algo desengañado, pero amante de su oficio. Recuerdo no sólo los debates que tuvimos durante aquellos meses en el programa de cine sobre si el periodismo era una profesión o un oficio (fue él quien me covenció de que era más bien lo segundo), las salidas que compartimos junto al resto del equipo y esas piezas repletas de guiños e ironías inesperadas en las sección De Buena Tinta... Conocí su casa, a sus perros (¡que será de ellos!), su hospitalidad y, ante todo, su buen hacer en el trabajo amén de su escaso manejo en cuestiones informáticas aunque esto queda en el anecdotario. Más de una vez me acercó en coche al centro de Madrid, también tenía siempre una palabra amable para este pobre becario que ahora se ha licenciado.

Tomé las uvas con él durante en una breve aparición en el programa de inmigración Un Lugar Extraña y es que Arturo no ponía pegas a colaborar, al contrario ahí estaba a tu disposición. Telemadrid se ha quedado algo más vacío hoy.
Dicen que una parte muy importante de la vida son las personas con las que vamos compartiendo diferentes etapas de nuestro caminar, que debemos de acompañarnos de buenos compañeros, en este caso puedo afirmar que Arturo Tejerina fue uno de ellos... De él aprendí algunas buenas lecciones de un periodista artesanal que supo agotar con vigor sus días. Adiós, Arturo. ¡Hasta pronto, amigo mío!

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