martes, 10 de junio de 2008


He sobrevivido a un nuevo fin de semana en Guadalajara. Y no precisamente porque tuviera una gran cantidad de trabajo, hubo varias cosas, sino por las condiciones en que hemos tenido que sacar los dos números de "La Tribuna de Guadalajara". Todo con un penetrante olor a pintura plástica, las paredes empapeladas y la zona de redactores refugiada en el despacho del director. Juntos varios ordenadores y los papeles rebosando las sillas. Respecto a los de maquetación, pues en la otra punta del piso, cuya superficie vamos a doblar. Crecemos y esto requiere algunas molestias como escribir artículos con el martilleo de fondo o frente al pintor de turno. Las impresoras, los faxes desconectados y un servidor comiendo de taper entre mesas forradas de papeles, recubiertos de pintura y un aroma de lo más delicioso, como menté anteriormente. Huelga decir que el microondas estaba desconectado y que como suele acontecer en esta clase de cosas, no estaba precisamente accesible. Tras saltar archivadores, montones de periódicos antiguos y no pocas mesas con ordenadores apagados alcancé tan ansiado electrodoméstico. El estómago me rugía y no hay nada como esto para agudizar el ingenio. En un periquete, bueno tras varios vanos intentos, conseguí enchufar el microondas, tras acercarlo a la pared junto a la nevera.Pero antes tuve que pasarme por el Parque de la Concordia, un espacio verde bastante amplio para una ciudad como Guadalajara, donde tenían lugar dos acontecimientos relevantes: Uno era el paseo en bici, que habían organizado varias ONG ´s como Ecologistas en Acción para promocionar el uso de este medio de transporte y conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente. El otro, era el Encuentro Nacional de Encajeras de Bolillos que organizaba una nueva asociación apoyada por Ayuntamiento y Diputación. Ahí, pude conocer a la presidenta de la Diputación María Antonia Pérez León que se presenta para liderar al PSOE local. Claro, había morbo por saber lo que decía y bueno coincidí con otras compañeras de medios... Aunque cada fín de semana, me toca con alguien distinto y no se puede hacer amistad. Algo muy importante, por cierto. Profundizaremos en este punto la próxima semana. Comí, sí. Y cerramos el períodico y salí a las 8 y media... ¡Increíble! Eso fue el sábado... El domingo me tocó ir por la tarde (¡genial!). La redacción seguía casi igual, quizás con menor olor a pintura. Por cierto, ya tengo mis propias llaves para entrar. Vamos, una responsabilidad más. Y ahí estábamos, esperando a la maquetadora que venía a las cinco (llegué antes de las cuatro), a mi jefa se le ocurre la feliz idea de mandarme a la calle para que me las apañe y haga una entrevista para la última página. Así que vete a las 4 de la tarde, con un cielo encapotado y amenazando lluvia en busca de algún vecino que quiera salir en el periódico y que tenga algo que contar, alguna historia... Todo un desafío. En fin, deambulé por las calles y anduve pensando en distintas opciones: una farmacéutica, el propietario de alguna pastelería ilustre de la ciudad (tenemos una a tiro de piedra, pero estaba aún cerrada) y en esto que tras casi media hora de paseo turístico (rechacé la idea de acercarme a un bar, porque hubiera sido embarazoso lanzarme a preguntarle a alguien sobre su vida), hallé una heladería que databa del año 1910. Un curioso establecimiento, no muy concurrido debido al tiempo que hacía. Le dí un par de vueltas y me arriesgué... Pues el hombre en concreto, es Esteban Moltó y resultó un entrevistado muy interesante. No sólo porque me permitió preguntarle de todo sino porque pudimos hacerle una foto chula con un casco de moto frente a la barra desde la que servía los helados. Me explico, la familia de Esteban fundó su primera heladería en 1910 con el nombre de "Los Valencianos". Vino la guerra, falleció el abuelo de este chico y su abuela con 3 hijas y viuda tuvo que vender el negocio en 1945. Se marcharon a Ibi (Alicante), famosa por sus fábricas de juguetes y volvieron en 1990... Bueno, retornaron sus nietos realmente. Y bueno, aparte de hacer helados de muy diversos sabores: melón con jamón, ¡de morcilla!, gazpacho, sandía con motitas de chocolate, etc... monta una Honda África Twin (¿lo habré escrito bien?) y cada año a finales de febrero organiza una concentración de moteros en Guadalajara. Su club cuenta con más de 1000 asociados. Vamos, una historia muy interesante que surgió de la nada. Creo que me la van a publicar, además la foto esta currada... Y es que ayer, me vino la inspiración como hacía tiempo que no me sucedía. También disfruté de lo lindo haciendo calle, escuchando historias y pienso que la entrevista es un género que requiere tener entrañas, sensibilidad y capacidad para acertar con las preguntas o comentarios. Otra cualidad esencial es la de escuchar, nada de ser protagonista, que hablen y hablen... (bueno, hasta cierto punto). Prueba superada, creo. Ahí está hecha y espero que la saquen esta semana. Sí, el domingo fue un día de aquellos en que alguien te dice: "¡Apáñatelas!".



PD: La foto va por un par de valientes periodistas

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