Pues nada, aquí vuelvo tras un fín de semana serpenteando de entre las diferentes fiestas de los barrios de Guadalajara: La Esperanza, Río Henares y algún otro que ahora no caigo. Pero vamos, el domingo pude disfrutar el fin de fiesta de España. ¡¡¡Sí!!! ¡¡¡Pasamos de cuartos!!! ¡De p.... madre!!

Después de este arrebato futbolístico, toca afirmar una obviedad: En Guadalajara no hay finde sin fiesta, al menos de aquí a Agosto. Pues genial, son acontecimientos bastante entretenidos de cubrir y siempre hay que conseguir algo novedoso para luego escribirlo en el periódico. Pero me está gustando este curro, a pesar de que a veces la gente no aporta mucho y uno se desvana el cerebro a la búsqueda de alguien que te salve el artículo. Pero eso en realidad no existe, uno de bosquejar y profundizar para que tu escrito refleje lo que allí has visto. A fin de cuentas se trata de eso: de narrar, de contar, en suma, de informar a tu lector. Aunque siendo realistas, a la gente lo que le gusta es verse en las fotos y decirles a sus vecinos que son un poco más eternos, que un trozo de papel los ha inmortalizado.

Se trata de burlarse de nuestra finitud, de sentirnos especiales y trascender de la cotidianidad, de lo usual. Luego hay gente a la que una grabadora pone los pelos de punta y reconozco, que a veces, los entiendo, pero un servidor anda ya bastante familiarizado con ellas. Además de ser una de tus mejores amigas y herramienta de trabajo, a veces sin ellas no haríamos mucho. Aunque también queda el truco de tomar nota o mejor, de sacarla una vez empieces a bombardearle a preguntas al tipo. Aunque me imagino que esto es cuestión de experiencia, de oficio...

Por cierto, nuevas incorporaciones a los medios alcarreños. Mucha gente joven, me imagino que de mi misma edad y en La Tribuna viene la época de los becarios aunque como dice mi compañera Mayte "no los vamos ni a conocer". Ya podían asignarnos un becario, estaría genial. Aunque supongo que no hay curro suficiente para dos.

PD: La foto es para alegraros algo la vida y para que veais el lado más glamouroso de un servidor. Como siempre, María nos aporta ese toque de distinción (Ja, ja...). En fin, esto último es una chorrada porque ni aquí hay glamour ni leches.