Estimado visitante/amigo/compañero:
Hay semanas en las que uno no sabe muy bien si está asistiendo a una suerte de función de circo o es que a un servidor se le han fundido los plomos. Dos palabras resumen estos días: colas y DNI (o Documento Nacional de Identidad, para más señas). Porque he tardado 4 días en renovar y agenciarme uno moderno con chip (clave /pin incluido), entre medias un sinfín de conversaciones con mis compañeros ocasionales de espera y un sinfín de anécdotas (especialmente recuerdo a 3 señoras majísimas de la comisaría de Ciudad Lineal, un gran barrio por cierto). Aparte de conocer gente variopinta, divertida, por qué no, encantadora lo demás suena a recochineo. No sólo tardan entre 20 y 30 minutos por persona sino que además en muchas comisarías no abrían por la tarde o se les caía la red con la consiguiente cara de idiota que se te quedaba tras haberte recorrido toda la Avenida Pío XII andando en busca de una amplia instalación policial. En el camino he podido averiguar donde se localizan las embajadas de Guinea Ecuatorial, la India y la Cámara de comercio hispano germana. Pero fue el miércoles cuando bordeé el paroxismo de lo absurdo, porque si no es lo mismo que te digan (o estes convencido de ello) Avenida de la Independencia o Avenida de la Industria. ¡Pues sí! La diferencia no es de una palabra únicamente, qué va, puede resultar que llegues a un compromiso muy relevante con un retraso de hora y media (¡hacerse esperar para aumentar la demanda! que diría Don Felicísmo Valbuena de la Fuente o Don Feliz). Vamos, que puedes ir tan alegremente a San Sebastián de los Reyes cuando deberías encontrarte en Alcobendas... Sí, es uno de esos días en que mejor quedarse en el sobre. Ya que no sólo llegas tarde a una entrevista de trabajo sino que encima madrugas en una comisaría de policía, te presentas antes de las 8 para pedir cita previa y, ¿qué ocurre? Muy sencillo: 56 números para casi 200 personas. ¡NO! Hoy tampoco te toca, chaval. Vas a Pío XII, porque sabes que abren de tarde... Iluso, se les cayó la red. Y tu gozo (tu turno) en un pozo (sin colas, claro).
Pero al fin, tras 4 días infructuosos te presentas en Ciudad Lineal... Pues sí, conseguí número (me lo donó un amable señor cansado de esperar... Era el 169) ... Pero aún restaban horas de espera, los funcionarios paran para comer y la gente se marcha. Algunos nos quedamos y vamos estrechando lazos riéndonos de nosotros mismos (el humor, ese gran bálsamo). Eran las 5 de la tarde y salía de la comisaria con mi nuevo DNI con chip... Eran las 5 de la tarde del jueves 18 de Octubre , había iniciado mi periplo el lunes 15.
Coda: Semana surrealista, entrevista simpática (la verdad es que le conté mi vida al pobre señor) y, cómo no, la sensación de estar al borde perecer víctima de la burocracia policial. También me he dado cuenta de lo útiles que son los gabinetes de prensa, de lo imprescindible de conocer gente en sectores diversos y del vértigo de saberte poseedor de una información "exclusiva".
1 comentario:
Pues sí, pues sí, va aser que tienes razón.
Te lo dice un servidor que ha experimentado lo mismo, pero bueno, al final se nos ha dado el ansiado documento, que para la mierda que es...
... solo espero que no lo roben, porque en caso afirmativo, cagüentodoloquesemenea.
Pero bueno, que se le va ha hacer. Como siempre el gobierno de este país preocupándose por la salud de sus ciudadanos... (Eto e una ironía).
Saludos Carlitos,
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