Hace algunos días que no publico nada en este rincón y ya lo venía echando de menos, aunque desde el principio no me he impuesto ninguna perioricidad fija.
Córdoba, capital del califato Omeya, villa de serpenteantes calles, blanca como la nieve, invadida por guirys y demás fauna turística.Única en el mundo por su catedral- mezquita, por esa insólita convivencia entre la sobriedad islámica con su bosque de columnas y la majestuosidad recargada del barroco español. Córdoba me ha embrujado, sus plazas, sus calles, esa agitación que recorre su casco urbano. Han sido apenas dos días, pero gracias a la organización de David y José (el primero con mapa en mano guiándonos entre el laberinto urbano, el segundo resolviendo problemas con billetes y entradas) ha salido todo perfecto. La pena que no estuviera Marcos (queda Granada, Jaen... hay mucha Andalucía por conocer).
Pero el fin de semana no sólo ha consistido en degustar el pescadito frito, la tarta de chocolate de la Cafetería Gaudí (cerca del Corte Inglés de Córdoba), en averiguar qué es una pastel cordobés o en certificar que es posible hacer la digestión entre plato y plato gracias a un eficiente camarero.
Esta semana ha dado para más: huelga de 4 días en la revista Tiempo (previsiblemente a partir del lunes, aunque están negociando afirman mis fuentes) y para que un servidor colabore con dos de mis ex- compañeras en el especial de Navidad de la revista (una tradición muy positiva, por cierto). Si conocéis alguien que haga algo insólito por Navidad, ya sabéis donde estoy...
Seguiré informando...
Coda: Según una reciente lectura de manos, voy a contraer matrimonio un par de veces además de tener dos churumbeles... (en fin, sin comentarios)
lunes, 15 de octubre de 2007
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